Embarcación se encuentra a 40 metros de profundidad

Ya se tiene localizada a la embarcación, pero se requiere otro tipo de equipos que ya llegaron. Familiares de hombres de mar claman para que aceleren el rescate.

La búsqueda de los ocho pescadores santarroseños, ocupantes de la nave artesanal “María Esperanza II”, que desaparecieron tras el naufragio de su embarcación la madrugada del último miércoles, no será nada fácil, en Chimbote.

Los primeros reportes del grupo de rescate, conformado por cinco buzos de la Marina de Guerra de Lima, estiman que la pequeña embarcación de madera se encuentra por lo menos a unos 40 metros de profundidad.

Como se sabe, “María Esperanza II” naufragó a aproximadamente 6 millas del puerto de Chimbote, luego de colisionar con la embarcación industrial “Malena”, por causas que hasta el momento se desconocen.

La profundidad en la que se encuentra la nave siniestrada ha hecho que se requiera más apoyo.

Es así que ayer arribó a Chimbote un grupo de cinco buzos más, también de la Marina de Guerra de Lima, para apoyar en la búsqueda.

El capitán de Puerto de Chimbote, Carlos Díaz Honores, explicó que el primer grupo de buzos llegó con una tecnología que no era la adecuada para la profundidad en la que se encuentra la nave que se fue a pique, por ello se solicitó que los otros cinco rescatistas lleguen con equipo especializados.

“Eso es lo que se está trayendo y así puedan descender de forma segura. Hay que tener en cuenta que el boliche está amarrado a la nave y con el movimiento de la corriente del mar este podría atrapar a los buzos”, explicó.

 Dijo que ya se tiene localizado el lugar exacto en donde se encuentra la nave, por lo que solo es cuestión de horas para descender y comprobar si es que los cuerpos de los desaparecidos se encuentran dentro, como se presume, ya que al momento del impacto los pescadores se encontraban durmiendo.

“Cuando los buzos ingresen y hagan la evaluación sabremos cuántos tripulantes hay y a su vez cuánto es el tiempo en que les tomará el retiro de los cuerpos”, mencionó.

Mientras las labores de búsqueda no cesan, a la par, administrativamente se ha iniciado un proceso sumario que permita determinar las responsabilidades del naufragio, así como también poder aclarar las incongruencias presentadas en la hoja de zarpe que manejaba la Capitanía de Puerto.

DOLOR. Del otro lado, se encuentran los familiares de los hombres de mar desaparecidos. Ellos difícilmente entienden de trámites administrativos o equipos especializados, lo único que quieren es que les devuelvan los cuerpos de sus seres queridos.

Los parientes de los pescadores llegaron ayer desde el distrito de Santa Rosa, en Chiclayo. En medio de lágrimas, pidieron que las autoridades agoten todas las acciones necesarias para dar con el paradero de sus seres queridos.

Dentro de las historias está, por ejemplo, la del ciudadano venezolano Jesús Salvador Villegas Abreu, quien reemplazó a último momento a un tripulante que faltó. Él llegó a Perú, desde hace tres meses, buscando un puesto de trabajo y dinero para enviar a su país, donde está su familia, sin imaginar que en ese objetivo se toparía con tamaña tragedia.

Su cuñado, Cleyder Maldonado, dijo que Jesús Villegas tiene cuatro hijos que hoy lo lloran desconsoladamente.

Fuente: Diario Correo

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